viernes, 13 de mayo de 2016

Entendiendo el proceso político | Del circo político global al caso español...

En diciembre de 2015 las personas de España votamos las elecciones generales (que son nacionales). El modelo de democracia en España requiere que haya mayoría absoluta para gobernar. Eso significa que para que una propuesta sea elegida tiene que ser votada por el 51% de los parlamentarios (la mitad mas uno).

El resultado de la votación fue que no hubo mayoría absoluta. Entonces empezó un proceso de negociación entre partidos para ver las posibilidades de coalición.

Desde entonces, el paradigma socio-político (con la prensa a la cabeza) han justificado que no se forme un gobierno si no se llega a acuerdos entre partidos que sumen mayoría absoluta por una sencilla razón: en el modelo español es preciso que el partido (o la coalición) tengan mayoría absoluta porque de lo contrario, el resto de partidos se unirían en oposición votando "no".

Es la primera vez que sucede esto en la joven pseudo-democracia española (desde 1977). No ha sucedido antes porque los medios de desinformación se han focalizado en dos partidos, creando un bipartidismo fuerte.

No entro a analizar qué modelo democrático es mejor y por qué. Reivindico que el proceso del consenso racional se aplique en parlamentos porque tiene ventajas sobre el modelo parlamentario.

Para mí la principal ventaja del consenso aplicado a la política es que las asambleas se vuelven racionales por lo que no tiene sentido usar demagogia ni falacias. Cada participante puede proponer lo que quiera, siempre que esté argumentado. Se llevará a cabo la propuesta más sólida y mejor argumentada, la que tenga mayor consenso. Lo importante es entender la propuesta, su intención y que todos colaboren en la causa.

La política, como herramienta para solucionar problemas, es:
- lenta. Los intereses de los parlamentarios no son solucionar problemas; al contrario, es perpetuarlos para mantener su posición. ¿Cuál es la velocidad media de una medida desde que se propone hasta que realiza? Esta velocidad no se adecua a la necesidad de la sociedad: la política es un freno.
- idiotizante. Fomenta la ignorancia. Una ciudadanía culta no toleraría las faltas de formalidad o competencia de los políticos (a cualquier nivel).
- ineficaz/inútil. Lo que hoy puede ser solución a un problema puede ser, con suerte, el inicio de otro problema en otro ámbito. Los políticos no pueden resolver problemas porque no son técnicos. La política es tratar los asuntos de la ciudadanía, pero son los ingenieros quienes crean las infraestructuras. Son los médicos quienes determinan la posibilidad de intervenir. Si un político resuelve un problema técnico es porque tiene formación técnica.
- ilegítima. Los discursos y prácticas políticas aburren, por lo que muchas personas no muestran interés ni en los procesos políticos ni en su prensa. No nos representan. Me refiero a la alienación política: naces en un sistema socio-político estático, obsoleto y sobre todo, no elegido.
Por todos estos motivos no me interesa la política mediática (o política con minúsculas) y considero que los medios cuando hablan de política son prensa rosa amarillista (es decir, con las características de los cotilleos sumándole sensacionalismo). La POLÍTICA con mayúsculas trata sobre cómo las personas hacemos asambleas, estilos de vida y nos implicamos en nuestra sociedad.

No veo noticias porque las considero desinformación y ruido. Sólo merece la pena el 10%, quizá menos. Personalmente me resulta carísimo ver el 90% restante de noticias.

Por todo esto los políticos se merecen que los despidamos como empleados incompetentes que son. Incompetentes, descarados e incluso osados en el mejor de los casos. Criminales y delincuentes en el peor...

Llegados a este tópico, recuerdo que no tenemos los políticos que nos merecemos (o mejor dicho, si piensas que sí habla por tí). Quienes dicen este desgastado y casposo dicho desconocen que la dignidad es incondicional. Es decir: que aunque algunas personas hayan sido pasivas, nadie merece lo peor, al contrario.

Cambiando un poco de tema, votar en unas elecciones es sólo el 1% de todo lo que podemos hacer. Otro día hablaré del restante 99%, pero lo que quiero transmitir es que votar es un detalle mínimo del sistema, y en absoluto debemos confundirlo con la sensación de orgullo por haber hecho cuanto está a nuestro alcance.

Si queremos que ese 1% sea efectivo, creo que deberíamos votar con el corazón (al partido que más nos guste por su trayectoria, no por su programa electoral) y no con la razón (porque elegiríamos el partido con más opciones de salir elegido).

Os invito a que me digáis qué creéis que han aportado a la sociedad estos cinco meses de negociaciones entre partidos y sus implicaciones.

Para mí hay dos motivos por los que urge basar el sistema político en el consenso: el gasto monetario y la inutilidad del mismo. El dinero invertido se podrá invertir en algo útil. Quizá el sistema fue útil en el pasado, pero ha quedado obsoleto y ahora es más un freno al desarrollo que una herramienta.

También es importante recordar que, aunque no nos convenza ningún partido político al que votar, os invito a que votéis aunque sea a un partido minoritario porque en el recuento sólo cuentan los que han votado. Es decir, si sólo votara una persona al partido equis, dicho partido obtendría el 100% de los votos y podrían decir que la voluntad popular se ha expresado.

Os dejo con este par de vídeos, tan simpáticos y didácticos sobre la mal llamada democracia: los gobiernos representativos.


Si este te ha parecido bueno, el siguiente a mí me pareció mejor:


No me siento cómodo tratando la crisis política cuando mis temas son las crisis sistémicas y la economía basada en recursos. Pero me ha motivado la inutilidad de los falsos líderes, el enorme gasto que hacen cada 4 años, el daño social que hacen con tan pésimo ejemplo, y sobre todo, reivindicar el método del consenso en el parlamento...